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Amor y dependencia...

La dependencia suscita la necesidad del control. Tenemos el impulso natural hacia el control de todo aquello de lo cual dependemos para cumplir las exigencias que nos impone la vida para ganarnos el derecho a la existencia. Evitar la dependencia es fundamental para liberarnos de la necesidad de controlar pues, en realidad, la necesidad nos controla a nosotros, controla nuestros emociones, pensamientos y juicios. No elegimos necesitar sino que vamos resolviendo día a día las necesidades que el solo hecho de existir nos impone como condición de continuidad.

Necesidad = Dependencia = Control = Competencia = Lucha

¿Podemos vivir sin dependencias? Veamos... ¿qué nos impone la existencia como condición, precisamente para existir? comer, beber, dormir, es decir, mantener el cuerpo y sus funciones en optimas condiciones (salud). ¿Qué más nos exige la existencia? Reproducirnos, tener hijos, tener reconocimiento de los demás, conseguir un lugar en la manada, en el mundo. Entonces, ¿podemos vivir independientes de todo esto? no! claro que no, pues, como se ve, estamos condenados a la dependencia pues la necesidad de todo ello es un estado crónico que no cesa sino solo con la muerte del cuerpo.

Aceptamos el estado de necesidad crónico como condición para la existencia en esta realidad pues nos sirve experimentarnos en esta realidad a fin de completar la manifestación de nosotros mismos para este plano de realidad según la Idea Original. Es decir, existe una Idea Original que da sentido a la existencia de todo lo que existe, y todo lo que existe se desarrolla (transforma) en el sentido de esa Idea Original la cual es su destino y MIsión (Propósito).

Está claro que mientras estemos identificados en este cuerpo humano y vivamos sujetos a las exigencias que la existencia impone como condición de continuidad, no habrá un estado de independencia tal que nos libere del impulso del control de lo que necesitamos.

Y el AMOR?

Analicemos ahora el AMOR. ¿Qué es el AMOR, a qué llamamos AMOR? Amar es unificarse con lo que uno ama, es hacerse uno con el otro y con lo otro pues, partimos de la base que existe un Todo Absoluto y único que llamamos DIOS, no existe nada más allá del Todo pues, de lo contrario, el Todo no sería el Todo sino una parte... Para que las partes constituyan un Todo éstas deben vincularse en un estado de perfecta armonía y correspondencia, esto es AMOR.

¿Puede existir el amor mientras vivamos bajo un estado de necesidad crónica, el cual nos obliga al control y gobierno de aquello y de quien dependemos? SI! pues el primer estado de AMOR que debemos experimentar es en y con nosotros mismos considerándonos como a un Todo que se compone de Partes que deben estar en una perfecta armonía y correspondencia entre sí para constituir ese Todo. Al menos podemos distinguir dos partes que nos componen: una es la parte inconsciente y la otra es la parte consciente.

Iluminar las Sombras, hacer consciente lo inconsciente, es construir un estado de AMOR en nosotros mismo y solo a partir de ello, aceptando lo que Es tal cual Es primero en nosotros, podremos construir un vínculo de AMOR con lo demás, haciéndonos UNO con lo otro siempre y cuando seamos primero UNO en nosotros mismos.

Cuando alcancemos ese estado de UNIDAD en nosotros mismos y funcionemos como un Todo Absoluto en nosotros mismos, entonces, seremos fundamento y respaldo cada uno de sí mismo aún estando sujeto a las exigencias que la existencia impone. Pues, no se trata de aislarnos sino de basar las relaciones no en un vínculo de dependencia sino más bien en un vínculo que nos unifique con aquel y con lo otro que necesitamos. Eso es vivir en estado de AMOR, es vivir en estado de unida con lo otro y con el otro, de ese modo, la dependencia existe pero desparece como tal y no detona la necesidad de control.

Cuando amamos al mentiroso que hay en nosotros, amaremos al mentiroso más allá de nosotros pues comprenderemos sus razones para mentir así como hemos comprendido las nuestras y en las cuales justificamos dicha actitud. La necesidad lleva a la lucha por el control, por el gobierno de lo que necesitamos, y ello separa: por ello, todo estado de competencia por el control deja afuera al amor...

¿Cómo, entonces, podemos vivir en estado de amor dado que es inevitable la necesidad en este estado de naturaleza como seres humanos?

El amor unifica las partes componiendo, a partir de esta unión en armonía y correspondencia, una nueva unidad absoluta. Cada ser humano es una parte de un Todo mayor que es la Especie Humana, de nuestra unión armónica y en correspondencia surge esta Unidad Mayor pero, dado que existen en nosotros DUALIDAD, es decir, converge en nosotros una Naturaleza Inconsciente (el mecanismo) y una Naturaleza Consciente, la unión entre seres humanos puede darse tanto como impulso y criterio de la naturaleza inconsciente, la cual propone la necesidad como razón del vínculo; o bien, la unión de los seres humanos puede estar basada en la consciencia y construir el vínculo ya no desde la necesidad como sentido de la unión sino que como resultado de la unión armónica de todos y cada uno, sean resueltas todas las necesidades de cada uno por Todos...

El amor unifica mientras que la competencia separa... la competencia surge como resultado de la intención de controlar la voluntad del otro, queremos controlar la fuente del dinero pues dependemos del dinero, por ello intentamos controlar a los clientes o al jefe; tenemos que cumplir la necesidad de reproducción, necesitamos pareja para ello, entonces, tendremos la intención de controlar al otro, a nuestra pareja y luego a nuestros hijos, en quienes se realiza esta obligación que la existencia nos impone.... y así viviremos en estado de adversidad y lucha, buscando ganar! es decir, imponer el control sobre el otro y/o sobre lo otro de lo que dependemos.

La única manera de quitarle poder a la necesidad es a través de la UNION ARMONICA y EN CORRESPONDENCIA de todos los seres humanos entre sí y de éstos con lo demás (con los demás animales, con el planeta y con el universo, es decir, con el Todo.)

Hasta tanto, experimentaremos pequeñas dosis de amor, de unión, pero que serán fugaces y vulnerables al impulso natural que nos inducirá al control de aquello y de quien necesitamos para cumplir nuestras obligaciones existencialistas... amor y dependencia no solo no se llevan, sino que se repelen...

Saludos, Nicolás Fernando Niglia Verdino

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