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La mujer inmaculada, portal dimensional.

La mujer tiene una cualidad fundamental y característica: su matríz dadora de vida. La mujer tiene este poder, el poder del Divino Femenino, la capacidad de manifestar la creación de vida. La matríz de la mujer no solo crea un cuerpo nuevo de un nuevo individuo que existirá en este mundo, sino que es un Portal de entrada a este mundo. Seres de otras dimensiones entran a este mundo a través del cuerpo que le da una mujer dentro del suyo propio.

La vibración de la matriz de la mujer es fundamental en cuanto no solo al tipo de hombre con el que resonará para la concepción de vida sino en cuanto al tipo de Ser que atraerá a este mundo, su hijo/a. Un Ser de vibración elevada buscará una matriz en resonancia con su vibración, un Ser Puro buscará una matriz pura virginal.

El concepto de virginidad no está tan referido a la ausencia de penetración en la vagina de la mujer sino a la vibración pura original que debe tener la matriz femenina para dar entrada a Seres de elevada vibración los que traerán a toda la especie humana, al mundo, su aporte enriqueciendo así la vida.

Cuando la matriz dadora de vida es utilizada tal cual lo hacen las bestias, es decir, para satisfacer el deseo y el celo sexual, contaminamos esta matriz, la hacemos útil solo para la reproducción de cuerpos pero con seres de baja vibración, seres de escasa edad evolutiva y así su aporte será limitado y la especie humana en vez de evolucionar a través del aporte de seres cada vez más elevados, involuciona.

La matriz de la mujer pierde la “virginidad original” y su vibración elevada no solo por el mal uso de ella en esta vida sino que arrastra la memoria de vidas pasadas, Karma. Entonces, poco importa si una mujer es virgen de hecho si acaso su matriz arrastra karmas de vidas pasadas y no vibra de acuerdo a la virginidad que debe tener la matriz para servir no solo a la reproducción animal sino para servir como Portal de entrada a este mundo para Seres de cada vez más elevada vibración (consciencia).

Se dice de María, madre de Jesús que era virgen pero en realidad lo más importante era su gracia, la perfección y pureza de su matriz dadora, la cual fue apta como portal para le ingreso a este mundo de un ser tan elevado como lo es Jesús.

Una matriz “corrompida” por mal uso y abusos estará en resonancia con hombres (progenitores) en mismo nivel de vibración y solo en ese estado de resonancia se puede concebir vida. Sanar la Matriz es no solo restablecer un equilibrio y vibración que atraerá progenitores en misma resonancia, sino que es restablecer un orden que nos da la capacidad de cumplir un proposito fundamental de la mujer: Ser Portal de entrada a este mundo para Seres de elevada vibración enriqueciendo así a la especie y al planeta, pues el ser humano aporta al planeta la vibración del Alfa, del Adonai.

La vida que la mujer concibe en su vientre estará en directa resonancia con la vibración de su matriz. Sanar, purificar su matriz es como recuperar la virginidad, es restablecer el orden para que sirva no solo como creadora de cuerpos humanos sino más bien como Portal Dimensional de entrada a este mundo para Seres de Elevada Consciencia.

Los padres, no solo la madre, pero la madre fundamentalmente, somos responsables del tipo de hijos que traemos al mundo. Elevar nuestra vibración para traer seres más elevados que encarnarán en el cuerpo físico que les proveemos, es nuestro compromiso con la evolución de la especie y del planeta, de la vida!

¿Qué sucede con los hijos que ya hemos parido? debemos ayudarlos en su elevación, al mismo tiempo que elevamos la nuestra, los ayudaremos a elevarse pues ellos seguirán relacionados a nosotros aún ya habiendo salido del cuerpo de la madre.

Saludos, Nicolás Fernando Niglia Verdino


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